miércoles, 11 de junio de 2008

El Super Barvero De Sevilla

El dia 10 de junio de 2008,tube la ocasion de poder estar en uno de los teatros mas importantes de España . Estube allí por que fuí a ver la opera del ``Super Barbero De Sevilla´´.

Espero que ha esos pequeños musicos podais poder ir algun dia para poder observar.escuchar y divertiros como ese dia lo hice yo.
Animaos y decirles a vuestros padres y madres que deber de ir a la feria que os llevan a ver esa opera.
Esperoque os haya gustado la pagina . si teneis alguna duda degadme un comentario y i teneis alguna aneddota divertida dejadmela en un comentario.Fdo:

Moises

todo sobre la flauta travesera

La flauta traversa o Traversera es un instrumento musical de viento. El músico que toca la flauta es conocido como flautista.
Los materiales que se emplean en la flauta pueden comprender entre madera, alpaca (más conocida como plata alemana) que es de lo que generalmente están hechas las flautas para los alumnos principiantes y por último podemos encontrar de forma completa o combinada la plata, el oro e incluso el platino. El uso de los diferentes tipos de materiales vendrá determinado primeramente al gusto del flautista pero hay otros factores que pueden decidir qué material preferir, como por ejemplo la proyección del sonido en los diferentes tipos de materiales y su color. Por ejemplo, el color del sonido de una flauta de oro es cálido mientras que el de una flauta de plata es más brillante. Los materiales metálicos de la flauta se suelen combinar entre las diferentes partes de las flautas. Suele hacerse así por motivos económicos, como por ejemplo tener una flauta con la cabeza de plata y el resto de alpaca, o la flauta entera de oro y las llaves de plata.
Las flautas no forman parte de la familia de los instrumentos de viento de metal sino que dentro de la clasificación usual de los instrumentos de la orquesta sinfónica, por su sonido se encuentran en el grupo de los instrumentos de madera junto con los de las familias del clarinete y del oboe, esto es, los instrumentos de lengüeta simple y doble. En la clasificación formal que estudia la Organología, las flautas pertenecen a la familia de los instrumentos de bisel (que desde muy antiguo se han fabricado de madera) independientemente del material de que estén fabricadas.
Su registro básico es de tres octavas y va desde el do4 (el sonido de la tecla central del piano, que en la nomenclatura anglosajona se llama C3) hasta el do7. Ese registro puede ampliarse hasta a tres octavas y una quinta justa, desde el si2 hasta el fa#7; la nota grave adicional se consigue mediante una llave adicional (es importante hacer notar que algunas pocas flautas han sido fabricadas con llaves adicionales, para alcanzar si bemol 2, por ejemplo), y el extremo agudo (esa quinta justa que va del do#7 al fa#7), se logra mediante la ejecución de armónicos, técnica que depende de la capacidad del ejecutante, que debe ser adquirida con práctica y un estudio riguroso de la sonoridad.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Evolución
1.1 Primitiva (de la edad media)
1.2 Renacentista
1.3 Barroca
1.4 Clásica
1.5 La Flauta de Boehm
1.6 Siglo XX
2 Intérpretes
3 Usos de la flauta
4 Nota sobre la nomenclatura
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Evolución [editar]
La flauta travesera tradicional estaba fabricada en madera, y básicamente consistía en un tubo en el cual se practicaban los pertinentes orificios. En el siglo XIX Theobald Böhm perfeccionó el instrumento, modificando el método de fabricación, añadiéndole nuevos orificios e introduciendo un sofisticado sistema de llaves, más ergonómico, que facilitaba la digitación. Si bien se puede fabricar con platos cerrados (es decir, la llave que pulsa cada dedo carece de orificio), lo habitual hoy día es fabricarla con platos abiertos.
Desde entonces el diseño de la flauta travesera no ha sufrido prácticamente cambios de importancia. Sin embargo, los materiales para fabricarla sí han cambiado; hoy en día, se fabrican flautas de metal, plata y hasta oro. La calidad de su material influye mucho en la calidad del sonido. Además mejora notablemente si se fabrica la boquilla con especificaciones detalladas que varían según el intérprete y sus necesidades o requerimientos.

Primitiva (de la edad media) [editar]
El origen de la flauta es ciertamente remoto. Era conocida hace unos 25000 años a.C. , y estaba hecha en hueso, a modo de silbato. En todo el mundo, diferentes culturas inventaron sus propios tipos de flautas, según las necesidades. Las civilizaciones tempranas donde predomina el impulso masculino asocian las ideas flauta – fertilidad – vida – renacimiento, y la asocian con innumerables ceremonias. Eran hechas con madera o huesos humanos, caracolas y había una gran variedad de tamaños. Es interesante observar que en el 1000 la flauta desaparece junto con la caída de Roma y comenzó a reaparecer en el siglo X y XI. Es probable que la flauta fuera introducida en Alemania por los Bizantinos. En el siglo XIV, la flauta se introduce en los demás países europeos. La flauta traversa tenía un cilindro más ancho que los anteriores. Esto permitía que la octava grave fuera más fácil de soplar y no estaba tan limitada en su registro agudo. Las tendencias musicales de esta época buscaban instrumentos homogéneos, mezclados en grupos heterogéneos: el comienzo de la orquesta sinfónica. La jerarquía sonora impuesta por las reglas de orquestación queda reservada para la flauta en do y el piccolo, que es empleado en la orquesta sinfónica. Para la flauta se comienza a desarrollar el repertorio solista. El sonido producido por la flauta traversa todavía era inconstante, pero más fuerte, claro y penetrante que el de las flautas dulces. Durante el siglo XVI, fue uno de los instrumentos más populares en Italia. Su popularidad se extendió a Inglaterra, donde se destaca la gran colección de flautas de Enrique VIII.

Renacentista [editar]
El período renacentista marcó popularidad para la flauta de pico, sin embargo, las flautas traversas todavía se seguían tocando en la primera mitad del siglo XVII y los instrumentos de viento de madera fueron rediseñados. Las flautas estaban construídas en una sola pieza, eran cilíndricas y tenían seis orificios muy pequeños, lo que producía una sonoridad de colores pálidos.

Barroca [editar]
La era Barroca marcó el retorno de la popular Flauta Traversa. Su construcción fue hecha en un tubo cónico que contenía seis agujeros abiertos agrupados en dos secciones y una llave cerrada cubría, que producía el Re#. El cuerpo, antes de una sola pieza, fue realizado en tres partes: cabeza, cuerpo y pie. La flauta barroca empieza sus alturas en Re y tenía dos octavas. Otras notas podían tocarse intercalando dedos o tapando la mitad de los orificios, pero eran difíciles de tocar y de sonoridad opaca. Alrededor de 1700, el cuerpo fue dividido en dos partes y pies extras, llamados cuerpos de recambio, lo que permitía al flautista adaptar su afinación de acuerdo a diferentes orquestas. De todas maneras, con las posiciones cruzadas, las flautas tenían mejor respuesta sonora en Re y Sol Mayor. Si bien había muchos flautistas, los flautistas profesionales lograron adaptarse a los cambios muy bien. En 1722 se inventan las llaves de Do y Do#. El flautista y compositor J. Quantz critica mucho esta prolongación, que juzga inútil y nociva para la calidad del sonido. En 1752, los Tratados de Quantz y Tromlitz (en 1786), ofrecen diferentes digitaciones para cada nota. En 1760 los fabricantes Florio, Gedney, y Potter agregan las llaves de Sol#, Si y Fa. Alrededor de 1790 aparecen flautas de 4 llaves en la música sinfónica de Haydn y Mozart.

Clásica [editar]
Durante el período clásico, Pratton, Carta, Siccama y Radcliff contribuyeron a diseñar la flauta. Antes de 1800 sólo tenía seis llaves, poco después se le agregaron dos llaves más. En la segunda mitad del siglo XVIII, se le agregaron muchos cambios rápidamente, pocas personas continuaron tocando las flautas de 3 y 4 llaves. Los inventos se sucedieron a una velocidad creciente; era la época de la industrialización... En 1800 las flautas aparecen en el repertorio de orquesta, como las sinfonías de Beethoven. En 1808, el Reverendo Frederick Nolan en Inglaterra inventó la llave abierta de Sol. Este invento es muy importante, ya que por primera vez se obturan dos agujeros para el mismo dedo. En 1810 Georges Miller fabricó en Londres pífanos de metal. En 1820-30, el flautista Charles Nicholson en Londres intentó mejorar la flauta haciendo los agujeros más grandes, pero no tuvo éxito porque el mecanismo de las llaves no era correcto. Los fabricantes Rudall & Rose fabricaron en Londres flautas de 8 llaves, que fueron muy populares en Inglaterra.

La Flauta de Boehm [editar]
El flautista alemán Theobald Boehm, estudió las nuevas técnicas de flauta y en 1832, basado en un nuevo sistema, creó la flauta que se usa hoy en día. Entre sus fundamentos encontramos que los agujeros debían ser lo más anchos posible y estar en los lugares acústicamente correctos; que la flauta contendría un cierto número de llaves cubriendo todos los agujeros y que todas las llaves tenían que estar abiertas en su posición de descanso (excepto sol #). Las nuevas flautas estaban realizadas en un tubo cónico, y en 1846 Boehm creó el tubo cilíndrico moderno con una cabeza parabólica. Esto corrigió la afinación y homogeneizó el timbre en los diferentes registros. A medida que el tiempo pasó, las flautas se construyeron en metal. Más duro el metal, más luminoso el timbre. Desde la construcción de la flauta por Boehm en 1847, se ha conservado básicamente el mismo modelo. Puede haber adicionales o extensiones ,pero no se ha rediseñado. Hoy, la flauta moderna está construida sobre 26.5 pulgadas largo con un tubo de 0.75 pulgadas y está dividida en tres secciones que contienen la juntura de cabeza, cuerpo, y pie. Hay trece agujeros que usan ocho dedos y el dedo pulgar izquierdo. La juntura de cabeza se cierra con un corcho y está abierto hasta el pie . El material más común es la plata esterlina, pero algunos modelos más baratos son el níquel color de plata. Se ha experimentado con Platino, Auromite (oro y plata), y Titanio. También se ha agregado una llave con rodillo para el Re # y un mecanismo de Mi partido que permite cubrir dos llaves, mientras en una flauta regular, cubre sólo uno. Esto le permite al Mi 3 ser tocado más limpiamente y con un buen ataque . El diseño de la embocadura se ha cambiado según las necesidades del flautista. El flautín, la flauta en sol, y la flauta baja, se han usado en orquesta y coros de flauta durante el siglo XIX. Al final de ese siglo la flauta aparece en las obras de Brahms, Strauss, Tchaikovsky. La literatura para flauta sola se expande rápidamente, con piezas muy virtuosas.

Siglo XX [editar]
1948 - Alexander Murray, conocido flautista y maestro, colaboró con los fabricantes Albert Cooper y Elmer Cole, en la fabricación de la Flauta "Murray" - basada en la escala experimental Cooper. 1961-62 - Aparece el nuevo modelo de Murray, la Mark I. 1967 - Murray colabora con el fabricante de la compañía Armstrong Jack Moore. Desde 1972, producen el modelo en flautas y piccolos con otros cambios - la llave gizmo, entre ellos. La compañía Brannen fabrica el sistema Kingma, muy utilizado en obras contemporáneas. Sus llaves están preparadas para emitir sonidos con timbres muy diferentes a los convencionales.

Intérpretes [editar]
Inicialmente, la flauta travesera no generó solistas destacados. En la segunda mitad del siglo XX, en cambio, comenzaron a surgir virtuosos especializados en el papel de solista. Esta tendencia fue iniciada dentro de la música docta por Jean Pierre Rampal, y continuada por James Galway, Philippa Davies y [[Emmanuel Pahud], . Es destacable, dentro de la música popular, el virtuosismo de flautistas como Ian Anderson, líder del grupo Jethro Tull, y Herbie Mann, músico de jazz dedicado a la fusión de distintas músicas del mundo.

Usos de la flauta [editar]
La flauta travesera se utiliza principalmente en la interpretación de Música Docta o de Cámara, sin embargo, a través del tiempo se ha ido incorporando a diferentes estilos musicales como el Jazz (principalmente Acid Jazz y Jazz Fusión), la música Celta, el Power Metal, el Epic Metal, el Rock Progresivo, aunque también es utilizada en ocasiones en producciones de música pop, baladas e incluso bases para Hip Hop.

Nota sobre la nomenclatura [editar]
En español de España se conoce únicamente a este instrumento como "flauta travesera" y dentro de la terminología usual de las orquestas sinfónicas y de los conservatorios, simplemente como "flauta". La distinción respecto a la flauta de pico o flauta dulce, se hace por lo común citando el nombre completo de este último.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Flauta_traversa"

todo sobre el oboe

El oboe es un instrumento musical de la familia viento madera, de taladro cónico en donde el sonido se produce mediante la vibración de una lengüeta doble que hace de conducto para el soplo de aire. Su timbre puede ser potente y sonoro o dulce y seductor, claro y nasal o redondo y lleno de calor.
Conocido desde la Antigüedad, el instrumento ha evolucionado en el espacio y el tiempo con una diversidad sin igual fruto de la creatividad de las civilizaciones y culturas que han permitido que siga usándose en la actualidad. Los oboes tradicionales (bombarda, cornamusa, duduk, gaita, hichiriki y zurna) y los oboes modernos (oboe pícolo, oboe, oboe d'amore, corno inglés y el oboe barítono, oboe barroco, oboe clásico o vienés) forman una gran familia con múltiples facetas.
Se emplea en solo, música concertante, música de cámara, orquesta sinfónica o banda musical, el oboe moderno representa en la orquesta al conjunto de la familia.Las obras para oboe resultan esencialmente del repertorio barroco (Bach) y clásico (Mozart) y tras su renacimiento, del Siglo XIX (Robert Schumann) hasta nuestros días (Berio).
Según Héctor Berlioz,
«El oboe es ante todo un instrumento melódico; tiene un carácter agreste, lleno de ternura, yo mismo diría casi timidez. La candor, la ingenua gracia, el dulce gozo, o el dolor de un ser débil, le convienen al oboe: los exprime de maravilla dentro del cantabile».[1]
Según la RAE la persona que toca el oboe se denomina oboísta. El término oboe lo han utilizado también los organólogos como un nombre genérico para un instrumento de doble lengüeta de taladro cónico.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Descripción
2 Sonido
2.1 Partes del oboe
2.2 Afinación
2.3 Construcción
2.4 Timbre
2.5 Cañas
2.5.1 Utensilios para hacer cañas
2.6 En la orquesta
3 Historia
4 La familia de los oboes
5 Obras más importantes para oboe
6 Oboístas famosos
7 Fabricantes de oboes
8 Referencias
8.1 Notas
8.2 Bibliografía
8.2.1 Empleada
8.2.2 Recomendada
9 Véase también
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Descripción [editar]

Sonido [editar]
En comparación con otros instrumentos, el oboe tiene un sonido claro y penetrante. Esto se debe al taladro cónico (al contrario que la flauta o el clarinete que tiene un taladro cilíndrico), que hace que el oboe sea rico en armónicos, que van desde los moderados hasta los agudos, situación que sugiere esa curva tan complicada. Gracias a esto, los oboes se escuchan fácilmente por encima de otros en conjuntos musicales amplios.
El oboe está afinado en Do y tiene un rango de mezzo-soprano a soprano. Es costumbre que las orquestas afinen tomando el La del oboe (denominado también La de diapasón a 440 hercios).[2] El oboe suele afinar previamente con un afinador. El tono del oboe puede ajustarse de tres formas: raspando un poco la caña (esto afecta permanentemente a la afinación), sacando o metiendo la caña del orificio superior del oboe o con ligeros cambios en la embocadura.

Partes del oboe [editar]
Su cuerpo es un tubo cónico que consta de 3 secciones: la superior, la inferior y la parte del pabellón o campana. El diámetro de la abertura mide 0,47 cm en la parte más alta y 1,58 cm al comienzo de la campana. La campana se abocina un poco y termina, generalmente, con un anillo de metal, similar al del clarinete, que es simplemente decorativo. Por el otro extremo es por donde se inserta la lengüeta, llamada caña. La lengüeta es doble y de 0,63 cm de ancho y está atada al tubo mediante un hilo enrollado, que suele ser de nylon. La longitud del instrumento, incluida la caña es aproximadamente de 64,77 cm; la caña sobresale unos 6,35 cm.


Afinación [editar]
Antes de comenzar un concierto, los instrumentistas de la orquesta toman al oboe como referencia de afinación.
La afinación del oboe puede variar según la posición y embocadura del instrumentista, o metiendo o sacando la lengüeta. Por lo común el oboe genera un La de 442Hz.

Construcción [editar]
Los oboes están hechos habitualmente de madera. Las más apropiadas son granadillo, palo rosa y ébano. También se fabrican de ebonita, polímero semejante al ébano.
Normalmente se utiliza la llamada caña común o Arundo donax, pero se han efectuado pruebas con otras cañas (como la tacuara) con buenos resultados.

Timbre [editar]
Su sonido ha sido descrito como acre, nasal, penetrante, áspero, cortante, ronco y aterciopelado. Estos adjetivos representan las cualidades más obvias de la doble lengüeta que lo distinguen de otros instrumentos.
Los principiantes generalmente producen un timbre nasal y estridente, casi siempre desafinado, que es difícil de mezclar con el timbre de otros instrumentos. Pero un oboísta avanzado puede producir un timbre rico, cálido y hermoso.

Cañas [editar]
Artículo principal: lengüeta


Lalengüeta, también denominada caña, con que se toca puede ser de diferentes tamaños y en la mayoría de los casos son hechas (o reformadas a partir de lengüetas compradas en casas especializadas de música) por los propios instrumentistas, cuya elaboración suele requerir mucho tiempo y costoso material. Están formadas por las dos lengüetas y el tudel, que se unen con hilo de nylon, para luego ser raspadas.

Utensilios para hacer cañas [editar]
Tudelero: su función es sujetar la caña mientras se efectúa el raspado.
Navaja especial: sirve para afilar y pulir la caña para conseguir un determinado tipo de sonido, más abierto o nasal.
Guillotina: es como una guillotina para cortar papel pero de reducidas dimensiones. Tiene un tornillo regulable para calcular la situación de la caña. Se usa cuando la punta de la caña se estropea. Para solucionar esto se pueden cortar un par de milímetros para seguir tocando.

En la orquesta [editar]
Dentro de la orquesta sinfónica o filarmónica, suelen haber dos oboes, aunque pueden haber variaciones en función de la obra. Si se requiere, el segundo oboísta (o un tercero) suele tocar tanto el oboe como el corno inglés.
Ver orquestación.

Historia [editar]

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La familia de los oboes [editar]
Oboe pícolo (oboe musette): es el miembro más agudo de la familia de los oboes. Afinado en mi o fa más agudo que el oboe normal (que está afinado en do), el oboe píccolo es una versión sopranino del oboe, comparable al clarinete requinto en mi.
Oboe de amor (oboe d’amore): más grande que el oboe, está afinado en la, una tercera por debajo del oboe.
Corno inglés (del francés cor anglais): se diferencia del oboe por el tamaño, la campana, y de una pieza de metal saliente en el extremo (llamada bocal o tudel) para sujetar la lengüeta. Está afinado en fa, una quinta más grave que el oboe.
Oboe de caza (del italiano oboe da caccia): está afinado una quinta por debajo del oboe. Su cuerpo tiene forma de trompa, pero el cuerpo está recubierto de cuero y termina en una campana de metal. Se utilizó durante el Barroco.
Oboe bajo o barítono: duplica en tamaño al oboe y suena una octava más grave. Su notación es la misma que la del oboe en clave de sol, pero su sonido real es una octava por debajo de lo escrito.
Heckelfón: instrumento que fue inventado por Wilhelm Heckel y sus hijos, introducido en 1904. Utilizado por Richard Strauss en óperas como Salomé y Elektra o en sinfonías como la Sinfonía Alpina. Se discute si este oboe pertenece a la familia, dado que se suele confundir con el oboe bajo. También existe un heckelfón pícolo.
Oboe contrabajo: inventado en el siglo XVIII, este miembro de la familia está afinado dos octavas por debajo del oboe. Tiene un registro similar al del fagot, pero su calidad tímbrica es inferior, por lo que fue poco conocido, y apenas utilizado. Apenas quedan datos de su fabricación.

Obras más importantes para oboe [editar]
Antonio Vivaldi, conciertos para oboe.
Tomaso Albinoni, conciertos para uno y dos oboes.
George Frideric Handel, El arribo de la reina de Saba, conciertos y sonatas para oboe.
Johann Sebastian Bach, Conciertos de Brandemburgo n.º 1 y 2, Concierto para violín y oboe, conciertos para oboe perdidos, numerosas líneas de oboe principal en las cantatas sacras y seculares.
Georg Philipp Telemann, conciertos y sonatas para oboe.
Domenico Cimarosa, Concierto para oboe en do mayor (arreglado).
Wolfgang Amadeus Mozart, Concerto para oboe en do mayor, Cuarteto en fa mayor.
Joseph Haydn, Concierto para oboe en do mayor.
Vincenzo Bellini, Concierto en mi bemol mayor (arreglado).
Robert Schumann, Tres romances para oboe (o violín) y piano.
Richard Strauss, Concierto para oboe.
Camille Saint-Saëns, Sonata para oboe Op.166.
Benjamin Britten, Seis metamorfosis de Ovidio, Variaciones temporales, Two Insect Pieces.
Francis Poulenc, Sonata para oboe (1962) Op.185.
Henri Dutilleux, Sonata para oboe (1947).
Alessandro Marcello, Concierto en re menor.
Carl Nielsen, Dos fantasías para oboe y piano.
Luciano Berio, Sequenza VII.
Ludwig August Lebrun, Concierto n.º 1, 2, 3, 4, 5 y 6.
Ralph Vaughan Williams, Concierto para oboe y cuerdas, Diez canciones de Blake, para oboe y tenor.
Bohuslav Martinu, Concierto para oboe.
Rutland Boughton, Cuarteto para oboe.
Witold Lutoslawski, Doble concierto para oboe y arpa.
Paul Hindemith, Sonata para oboe y piano.
Ennio Morricone, Gabriel’s oboe, de la película La Misión.
Ígor Stravinsky, Pastorale (transcrita en 1933 para violín y cuarteto de viento).

Oboístas famosos [editar]

Caricatura de un oboísta
Artículo principal: Oboísta
Simon Ansbro
Maurice Bourgue
Douglas Boyd
Janet Craxton
Nicholas Daniel
Dominique Enon
Sarah Francis
Leon Goosens
Paul Goodwin
Heinz Holliger
Thomas Indermühle
Carlos Javier Neely
Alex Klein
Lothar Koch
Jaime Martínez
Anette Olzon
Ramón Ortega
Pierre Pierlot
Francisco Salanova Alfonso
Hansjörg Schellenberger
Bart Schneemann
David Walter
Derek Wickens
Andreas Wittmann
Omar Zoboli
Véase también: Anexo:Oboístas

Fabricantes de oboes [editar]
Buffet-Crampon.com (Buffet).
Bulgheroni.it/Home.asp (Bulgheroni).
Fossati-Paris.com (Fossati).
FoxProducts.com (Fox).
FrankUndMeyer.de (Frank & Meyer).
Howarth.uk.com (Howarth).
Loree-Paris.com (Cabart, división de F. Lorée).
A. Laubin
Linton
Marigaux.com
Miraphone
Musik Josef
Moennig-Adler.de (Mönnig).
Oboes.com (Covey).
Patricola.it
Püchner.com
Rigoutat.com
Selmer
Yamaha

Referencias [editar]

Notas [editar]
Hector Berlioz en su ensayo pedagógico, el Gran tratado de la instrumentación y la orquestación moderna. Véase la descripción del sonido del oboe que hace Berlioz en su obra (en inglés)
Aunque algunas orquestas, especialmente en Viena, emplean una afinación más aguda.

Bibliografía [editar]

Empleada [editar]

Recomendada [editar]
Artley, Joe: How to make double-reeds. Londres: Jack Spratt, 1968. ISBN 1005727.
Bainés, Anthony: Historia de los instrumentos musicales (388 pág.). Barcelona: Taurus, 1985. ISBN 8430656146.
Bate, Philip: The Oboe: An Outline of its History, Development and Construction. Nueva York: W. W. Norton, 1975.
Burgess, Geoffrey y Bruce Haynes: The Oboe (432 pág.). Yale University Press (Yale Musical Instrument Series), 2004. ISBN 0300093179.
Donington, Robert: La música y sus instrumentos (376 pág.). Madrid: Alianza Editorial, 1986. ISBN 8420601926.
Eriksson, Bo: The adventure of cor angle. Suecia: Alta Music.
Fubini, Enrico: La estética musical desde la antigüedad hasta el s. XX. Madrid: Alianza Música, 1988. ISBN 9788420690711.
Goosens, Leon y Edwin Roxburgh: Oboe. Editorial Y. Mehnujin, 1977. ISBN 3596229901.
Haynes, Bruce: The Eloquent Oboe: A History of the Hautboy from 1640-1760. EE. UU.: Oxford University Press, 2001. ISBN 019816646X.
Rothwell, Evelyn): Oboe technique (112 pág). EE. UU.: Oxford University Press, 1983 (3ª edición), ISBN 0193223333.
Russell, Myron E.: Oboe Reed Making and problems of the Oboe Player, 56 p., ed. Spratt Music Pubishers, 1971.
Sprenkle, Robert y David Ledet: The Art of Oboe Playing. Summy-Birchard Music, 1961. ISBN 0-87487-040-2.
Tranchefort, François-René: Los instrumentos musicales en el mundo. Madrid: Alianza Música, 1985. ISBN 9788420685205.
VV. AA., The New Grove, Diccionario de instrumentos musicales. Londres: Macmillan Publishers, 1980. ISBN 0-333-23111-2.
Whittow, Marion: Oboe Pocket-Sized Problem Solver No. 1 (32 pág., 15 cm, 42 ilus.). Puffit Publications, 1997. ISBN 0-9518072-1-8.
Whittow, Marion: Oboe. A reed blowing in the wind (240 pág., 23 cm, 380 ilustraciones). Puffit Publications, 1991. ISBN 0-9518072-0-X.

lunes, 9 de junio de 2008

todo sobre bethoven

Ludwig van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 1770 - Viena, 26 de marzo de 1827), compositor alemán de música académica (o música clásica). Se lo considera como el principal precursor de la transición del clasicismo al romanticismo. Su producción incluye los géneros pianístico (32 sonatas), de cámara (16 cuartetos de cuerda, 7 tríos, 10 sonatas para violín y piano), vocal (lieder y una ópera: Fidelio), concertante (5 conciertos para piano y orquesta, uno para violín y orquesta) y orquestal (9 Sinfonías, oberturas...). Parte única de su repertorio lo constituye el genial ciclo de las Nueve Sinfonías, entre ellas: Tercera Sinfonía, también llamada Heroica, en mi bemol mayor, Quinta Sinfonía en do menor, y la Novena Sinfonía, en re menor, cuya música del cuarto movimiento, basado en la Oda a la Alegría de Friedrich von Schiller, ha sido elegida como Himno de la Unión Europea (UE).
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Biografía
1.1 Familia
1.2 Primeros años de vida (1770-1787)
1.2.1 El primer viaje a Viena (1787-1792)
1.3 De aprendiz a maestro (1792-1802)
1.4 Éxito y sufrimiento (1802-1824)
1.4.1 El incidente de Teplitz (1812)
1.5 Últimos años en Viena (1824-1827)
2 Obras
2.1 Sinfonías
2.1.1 Primera y Segunda sinfonías
2.1.2 Heroica (Tercera) y cuarta sinfonías
2.1.3 Quinta y Sexta sinfonías
2.1.4 Séptima y Octava sinfonías
2.1.5 Novena sinfonía "Coral"
2.1.6 Décima sinfonía
2.2 Oberturas
2.3 Conciertos
2.4 Sonatas para piano
2.5 Sonatas para piano y violín
2.6 Ópera y música vocal
2.7 Cuartetos de cuerda
2.7.1 Cuartetos del primer período
2.7.2 Cuartetos del período intermedio
2.7.3 Cuartetos tardíos
3 Películas sobre Beethoven
4 Referencias
5 Bibliografía
6 Véase también
7 Enlaces externos
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Biografía [editar]

Familia [editar]
Ludwig van Beethoven es hijo y nieto de músicos. Su abuelo paterno, también llamado Ludwig, emigró del país flamenco —al ser su propio padre perseguido por deudas— a temprana edad. El "van" de su nombre no señala nobleza, pues es meramente indicativo del origen geográfico de la familia, supuestamente un pequeño pueblo llamado Betuwe. El abuelo fue director de la orquesta (Kapellmeister) de Bonn, puesto que heredó el padre. Éste, Johann van Beethoven, nacido en 1740, fue también tenor en la Bonner Hofkapelle. Johann se casó con Renata Maria Magdalena Keverich (1746), viuda a los 18 años (se había casado a los 16 y tuvo un hijo que murió tempranamente). El 12 de noviembre de 1767 se casa con Johann van Beethoven. El 2 de abril de 1769 nace el primer hijo, Ludwig María von Beethoven, que moriría seis días después. El 17 de diciembre del año siguiente es bautizado un nuevo hijo de la pareja, el futuro compositor, con el nombre de "Ludwig van Beethoven". María Magdalena tendrá aún cinco hijos más, de los que sólo sobrevivirán dos: Kaspar Anton Karl van Beethoven, bautizado el 8 de abril de 1774, y Nikolaus Johann van Beethoven, bautizado el 2 de octubre de 1776.
Los biógrafos no tienen claras las fechas de nacimiento exactas de ninguno de los hijos de María Magdalena Keverich.

Primeros años de vida (1770-1787) [editar]
El padre de Beethoven, muy impresionado por Wolfgang Amadeus Mozart, quien a los siete años daba conciertos, quería que su hijo siguiera sus pasos. Con la intención de hacer de Ludwig un nuevo niño prodigio, comienza a enseñarle piano, órgano y clarinete a temprana edad. El estudio, sin embargo, coartó el desarrollo afectivo del joven, que apenas se relacionaba con otros niños. En mitad de la noche, Ludwig era sacado de la cama para que tocara piano a los conocidos de Johann, a quienes quería impresionar; esto causaba que estuviera cansado en la escuela, y a los once años! ya era usual que dejara de asistir a clases y se quedara en casa para practicar música.
Éstos no eran los únicos problemas. El padre era alcohólico, lo que ocasionaría que perdiera el puesto de director de la orquesta de Bonn —puesto heredado del abuelo Ludwig—, y la madre estaba frecuentemente enferma. Aunque la relación con Johann fuera más bien distante, Ludwig amaba mucho a su madre. Cuando, posiblemente a la edad de cinco años, enfermó de una infección al oído medio, los padres no lo notaron; es posible que nunca curara del todo y la falta de tratamiento ocasionara su posterior sordera [cita requerida].

El primer viaje a Viena (1787-1792) [editar]
Beethoven encuentra una vía de escape de la presión familiar en 1787 cuando, con 17 años, marcha a la capital austriaca apoyado por su mecenas, el conde Waldstein, quien sufraga los gastos que demanda el viaje y, lo más importante, le convence de sus posibilidades de éxito. Parece que durante este viaje a Viena, la capital europea de la Música, tuvo lugar un fugaz encuentro con Mozart, sobre el que mucho se ha dicho: al parecer, Mozart no se impresionó al comienzo, pero cuando Beethoven empezó a tocar piano, se acercó sigilosamente a la gente que esperaba y dijo
"Recuerden su nombre, ¡este joven hará hablar al mundo!".
[cita requerida]
Sus ilusiones sufren un duro golpe cuando a las pocas semanas fallece su madre. Entonces se ve obligado a regresar a Bonn. En esta ciudad Beethoven encuentra un cuadro desolador: su padre ha sido detenido por su alcoholismo y es incapaz de cuidar a sus hermanos menores. El joven Ludwig asume la responsabilidad y se ve obligado a mantener a sus hermanos y a sí mismo tocando el violín con una orquesta y dando clases de piano durante cinco años, mientras que su padre seguía preso.
Ya en esta época le embargan altos ideales. Escribe, en una hoja de album de 1792:
"Wohltuhen, wo man kann, (hacer el bien, donde se pueda)
Freiheit über alles lieben (amar la libertad sobre todas las cosas)
die Wahrheit nie, auch sogar am (la verdad nunca, ni siquiera)
Throne,verleugnen" (por un trono, traicionar)

De aprendiz a maestro (1792-1802) [editar]
En 1792 el elector de Bonn vuelve a financiar un viaje a Viena, ciudad en la que permanecerá el resto de su vida componiendo, tratando de alcanzar un reconocimiento social a su persona por medio del arte y sufriendo un mal particularmente terrible para él: la sordera. Eran años en que las potencias monárquicas europeas se habían aliado para derrotar a la joven Francia revolucionaria. En una deslumbrante campaña en el norte de Italia, en la que el ejército austríaco es vencido, adquiere notoriedad Napoleón Bonaparte, que se va convirtiendo en un ídolo entre los sectores progresistas. En Viena recibe clases del célebre compositor Haydn (autor de 104 sinfonías) y de Salieri, operista italiano.
Durante este período tuvo varios duelos musicales con otros pianistas. El primero fue en 1792 durante un viaje con la orquesta de la corte, en éste tocó con Franz Sterkel, ejecutando obras de dicho compositor. En 1800, ocurre el famoso duelo (en el palacio de Lobkowitz) en el que Daniel Steibelt lo retó a que tocasen juntos. En dicha ocasión Beethoven tomó partituras de una obra de éste modificándolas (al mismo tiempo que las iba tocando) con tanta gracia, que Steibelt declaró que no volvería a Viena mientras Beethoven viviera allí y abandonó la ciudad, radicándose en Paris.
Con 25 años da a conocer sus primeras obras importantes: tres tríos para piano (Opus 1) y tres sonatas para piano (Opus 2), de 1796; además ofrece su primer concierto público como compositor profesional. Viena acoge su música, en especial la corte, la nobleza y la iglesia. Por esa época se desliga de Haydn, con el que no concuerda musicalmente pero a quien, a pesar de esto, dedica los tres tríos. Secuencialmente recibe clases secretas de Schenk y del organista de la corte Albrechtsberger; deja de escribir para la nobleza y para la iglesia y se establece como compositor independiente. Su música inicial, fresca y ligera, cambia para convertirse en épica y turbulenta, muy acorde con los tiempos revolucionarios que vivía Europa. De esta época son las sonatas op. 13, “Patética”, de 1799, y la op. 27 Nº 2, “Claro de Luna”, de 1801.
Escribe, en 1819, en una carta al municipio de Viena: "Quiero demostrar que todo el que obra bondadosa y noblemente puede, por lo mismo, sobrellevar el infortunio"

Éxito y sufrimiento (1802-1824) [editar]

Beethoven hacia 1804, en la época de la Sonata Appassionata y de Fidelio. Decidido a « agarrar el destino por el cuello », compuso en el periodo de 1802 a 1812 una serie de obras brillantes y enérgicas características de su estilo « heroico ».
Muy pronto Beethoven dejó de necesitar de los conciertos y recitales de los salones de la corte para sobrevivir. Los editores se disputaban sus obras; además, la aristocracia austriaca, quizás avergonzada por la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart en la pobreza, le asignó una pensión anual. Mientras, por un lado, había resuelto sus necesidades económicas, por otro lado vivía asustado por la pérdida de sus capacidades auditivas; debido a ello se entregó a una febril actividad creadora, a la par de sus penalidades personales producidas por dos desengaños amorosos.
Beethoven no llegó a casarse nunca. Se le atribuyen varios romances, sobre todo entre damas de la nobleza. Quizá el gran amor de su vida fue Antonie von Birkenstock, casada con Franz Brentano y sobrina del poeta alemán Thomas Von Bullemore quien más tarde le acompañaría con la lírica de su única ópera, Fidelio. Luego todo terminaría mal, rompería con Antonie y por consiguiente su amistad con Thomas. Ya a los 26 años empezó a notar los síntomas de una sordera que más adelante sería total. A pesar de ello siguió componiendo, y las últimas obras fueron terminadas cuando ya se había quedado completamente sordo. Cuando Viena se enteró de su mal, el compositor recibió un golpe en su orgullo y en su situación financiera: los aristócratas no confiarían sus hijas a un sujeto huraño y, además, sordo.
La tragedia de su prematura sordera le causó un enorme desánimo (“qué gran humillación experimentaba cuando alguien estaba a mi lado oyendo desde lejos la flauta mientras yo, por el contrario, no podía oír nada… tales situaciones me llevaron al borde de la desesperación y faltó muy poco para que acabara con mi vida. Sólo la fuerza del arte me retuvo") agravado por la muerte de su hermano y su decisión de acoger a su sobrino en contra de la voluntad de su cuñada. En los años comprendidos entre 1810 y 1820 dedicó gran parte de sus energías y su tiempo a la batalla legal para ganar la custodia de su sobrino Karl; esfuerzo que le supuso dejar prácticamente de componer (a pesar de lo cuál cosechó sus dos mayores "éxitos" en esta época). En el testamento del hermano se le establecía a él como tutor de Karl, pero en el lecho de muerte a petición de la cuñada, se estableció una tutoría conjunta. Ludwig, quién aborrecía a su cuñada, tuvo que llevar su causa ante la justicia. Los tribunales ordinarios (recuérdese que su van no era indicativo de nobleza) no le conocían y le costaba hacer valer sus influencias. Además, la relación con su hijo adoptivo no era excelente: constantemente tenía que encontrarle nuevos tutores, ya que tenía conflictos con ellos; y éste escapaba con su madre y peleaba constantemente con el tío.
Sus apariciones en público eran cada vez más infrecuentes. El 22 de diciembre de 1808 Beethoven dio uno de sus últimos conciertos en vivo, una maratónica jornada que incluyó el estreno de la Fantasía para piano, orquesta y coro Op. 80, la Quinta y la Sexta sinfonías, el Concierto para piano nº 4 Op. 58, el aria Ah, perfido! y tres movimientos de la Misa en Do mayor Op. 86. El último concierto público de Beethoven parece ser el 11 de abril de 1814,[1] y consistió en el estreno del Trío Op. 97, junto al violinista Ignaz Schuppanzigh y el cellista Joseph Lincke.[2] De esta ejecución el compositor y violinista Ludwig Spohr escribió: "En los pasajes en forte el pobre hombre sordo aporreaba sobre las teclas haciendo que las cuerdas sonaran distorsionadas y en los pianos tocaba tan suave que grupos enteros de notas fueron omitidas."[3]
La preocupación por el dinero, que acompañó a Beethoven desde los días de la infancia en que tuvo que proveer para la familia, le ocupa en este periodo como nunca. Los editores no pueden confiar en él, pues no cumple sus promesas de exclusividad y quiere constantemente más dinero por sus obras. Según su biógrafo, Emil Ludwig, de este periodo no hay ni una sola carta en la que no se trate, al menos tangencialmente, de problemas de dinero.
Al vencer en los tribunales con el caso de la custodia, se dedicó a su formación musical de Karl con falsas esperanzas.
En 1813 compuso su obra orquestal La Batalla de Vitoria o Sinfonía de la batalla en homenaje a la victoria sobre los ejércitos napoleónicos en Vitoria. Esta obra alcanzó gran popularidad y, además de volver verdaderamente famoso al compositor, le procuró grandes ingresos. Sin embargo, él mismo la calificó como "basura" (no diría algo así de ninguna otra obra suya) y hoy está completamente olvidada.
Después de 1815, Bonaparte es definitivamente derrotado y el canciller austríaco Metternich instaura un régimen policíaco para impedir rebrotes revolucionarios. Beethoven fue una voz crítica del régimen. En esta época su nombre era muy respetado en el Imperio y en Europa Occidental, sobre todo en Inglaterra, en parte gracias al éxito de La victoria de Wellington. Pero el ascenso de Rossini y la ópera italiana lo colocó en segundo plano.

El incidente de Teplitz (1812) [editar]
Elisabeth von Armin (de soltera Brentano), que publicó su correspondencia con Goethe, cuenta en una carta al conde Hermann von Pückler-Muskau cierto suceso que al parecer habría ocurrido en el balneario de Teplitz el verano de 1812, cuando Beethoven y Goethe se encontraban por primera vez. Ambos paseaban por la alameda del balneario y de pronto apareció frente a ellos la emperatriz con su familia y la corte. Goethe, al verlos, se hizo a un lado y se quitó el sombrero. En cambio, el compositor se lo caló todavía más y siguió su camino sin reducir el paso, haciendo que los nobles se hicieran a un lado para saludar. Cuando estuvieron a cierta distancia se detuvo para esperar a Goethe y decirle lo que pensaba de su comportamiento "de lacayo".

El encuentro en Teplitz.
Según Elisabeth von Armin, el mismo Beethoven le habría contado esta anécdota. Sin embargo, su veracidad es muy controvertida y hoy existe un cierto acuerdo en considerarla, si no por completo, al menos en buena parte invento de Elisabeth. En su carta a von Pückler-Muskau, le pregunta si le gusta la historia, "Kannst du sie brauchen?" ("¿Puedes utilizarla?"). Von Armin, sin embargo, decide utilizarla ella misma y en 1839 publicó, en la revista Athenaum una carta, supuestamente de Beethoven, en la que éste contaba la anécdota. El original de esta carta no apareció nunca, sólo la copia; y algunos detalles (como la fecha) indican que Beethoven no la escribió nunca, o al menos no tal como fue transcrita.
Independientemente de su autenticidad, el incidente encantó a la sociedad vienesa, que lo creyó verdadero durante mucho tiempo.

Últimos años en Viena (1824-1827) [editar]

Beethoven maduro
Beethoven pasó los últimos años de su vida casi totalmente aislado por la sordera, relacionándose solamente con algunos de sus amigos a través de los "cuadernos de conversación", que le sirvieron como medio de comunicación. Su último gran éxito fue la Novena Sinfonía, ejecutada en 1824. En los tres años finales se dedicó a componer cuartetos de cuerda y la grandiosa Missa Solemnis.
La salud del maestro decayó inexorablemente durante su estancia en Gneixendorf, a pesar de los cuidados de su familia. Su hermano Nikolaus recordaba: "Al almuerzo comía únicamente huevos pasados por agua, pero después bebía más vino, y así a menudo padecía diarrea, de modo que se le agrandó cada vez más el vientre, y durante mucho tiempo lo llevó vendado". Tenía edemas en los pies y se quejaba continuamente de sed, dolores de vientre y pérdida de apetito.
El 1 de diciembre de 1826 Beethoven y Karl parten para Viena. La premura de la decisión determinó que carecieran de un transporte adecuado y solamente pueden conseguir un viejo carromato descubierto. El viaje resulta catastrófico para una persona en el estado en que se encontraba: Beethoven lleva ropa de verano y se ve obligado a pasar la noche en una taberna de su mejor amigo de la aldea donde la habitación no tenía calefacción ni persianas que lo protegieran del frío. Hacia la medianoche sufre un escalofrío febril y comienza una tos seca acompañada de sed intensa y fuertes dolores en los costados. Estando así, el maestro bebe grandes cantidades de agua helada que sólo agravan su condición. Sin embargo, logra recuperarse de su crisis gracias a la atención del doctor Wawruch y llegar a la capital.
El 20 de diciembre se le extrajeron fluidos abdominales. Karl permaneció durante todo el mes a su lado hasta su incorporación, en enero, a su regimiento. El joven se había reconciliado totalmente con su tío tras el lamentable episodio del suicidio: "Mi querido padre: Vivo satisfecho y sólo me pesa verme separado de ti".
Casi en la miseria, a pesar de tener una gran fortuna en acciones de banco —que se negaba a gastar por ser para la herencia de Karl—, escribió a sus amigos en Londres para pedir algún dinero. La respuesta llegó de inmediato, junto con doscientas libras esterlinas prestadas incondicionalmente. Cuando se difundió en Viena el estado terminal de Beethoven, todos sus antiguos amigos que aún vivían acudieron a su domicilio de la Schwarzspanierhaus para expresarle sus deseos de una pronta recuperación, aunque en realidad su propósito era despedirse del envejecido genio.
A pesar de los cuidados de su médico y el cariño de sus amigos, la salud del maestro empeora. Esos últimos días le acompaña Schubert, quien en realidad no se atrevió a visitar al maestro, pero un amigo de ambos le mostró al moribundo las partituras de sus Lieder, que Beethoven tuvo oportunidad de admirar: "La chispa divina brilla en él"[cita requerida], dijo; recordando el comentario que sobre él hiciera Mozart y haciendo el cumplido que no hiciera a ningún otro músico. El 20 de marzo escribe: "Estoy seguro de que me iré muy pronto". Y el 23, entre los estertores del moribundo, exclama: "Aplaudid amigos, comoedia finita est ("La comedia ha terminado"). Esa misma tarde tomó la pluma para designar a su sobrino Karl legatario de todos sus bienes.
Al día siguiente, 24 de marzo, Beethoven recibe la extremaunción y la comunión según el rito católico. Cabe señalar que las creencias personales de Beethoven fueron muy poco ortodoxas. Esa misma tarde entra en coma para no volver a despertar hasta dos días más tarde. Nikolaus Johann, su cuñada (a quien detestaba) y su admirador incondicional Hüttenbrenner (a quien apenas conocía) le acompañaron al final: sus pocos amigos habían salido a buscar una tumba. Sus últimas palabras fueron dirigidas al vino del Rin que llegó después de mucho esperar el encargo, que se esperaba surtiera buenos efectos sobre la salud del músico renato: "Demasiado tarde, demasiado tarde..." Hüttenbrenner relata los últimos momentos del genio: "Permaneció tumbado, sin conocimiento, desde las 3 de la tarde hasta las 5 pasadas. De repente hubo un relámpago, acompañado de un violento trueno, y la habitación del moribundo quedó iluminada por una luz cegadora. Tras ese repentino fenómeno, Beethoven abrió los ojos, levantó la mano derecha, con el puño cerrado, y una expresión amenazadora, como si tratara de decir: " ¡Potencias hostiles, os desafío!" Cuando dejó caer de nuevo la mano sobre la cama, los ojos estaban ya cerrados..." Esa noche nevó.

Funeral de Beethoven
Asistieron al entierro más de 20.000 personas, entre las que se encontraba Schubert, gran admirador suyo. En su escritorio de trabajo se encontró el Testamento de Heiligenstadt, redactado en 1802, en donde explica a sus hermanos el porqué de su profunda amargura. También se encontró una desgarradora carta de amor dirigida a su “amada inmortal” a la que llama “mi ángel, mi todo, mi mismo yo”. La identidad de esta dama sigue generando discusiones hasta el día de hoy, aunque la mayoría de las tesis apuntan a la propia Antoine.

Tumba de Beethoven
Recientemente se ha desatado cierta controversia sobre las causas de la muerte. El análisis de un mechón de su cabello dio como resultado la existencia de altas concentraciones de plomo. Aparentemente Beethoven ingería agua contaminada con plomo, que se extraía de un arroyo campestre creyendo que tenía propiedades curativas. Ultimas investigaciones señalan que fue por el plomo de los vasos que usaba para beber.

Obras [editar]
En su prolífica trayectoria musical, Beethoven dejó para la posteridad un importante legado: nueve sinfonías, una ópera, dos misas, tres cantatas, treinta y dos sonatas para piano, cinco conciertos para piano, un concierto para violín, un triple concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta, dieciséis cuartetos de cuerda, una gran fuga para cuarteto de cuerdas, diez sonatas para violín y piano, cinco sonatas para violonchelo y piano e innumerables oberturas, obras de cámara, series de variaciones, arreglos de canciones populares y bagatelas para piano.

Sinfonías [editar]
Beethoven proyectó siempre la composición de sinfonías en pareja.

Primera y Segunda sinfonías [editar]
Beethoven había cumplido los 30 años de edad cuando presentó su Primera Sinfonía (Op. 21), fascinando a sus contemporáneos por su frescura y originalidad. Mucho se ha hablado de su original inicio, pues la obra arranca con un acorde distinto a la tonalidad principal de do mayor. En todo caso, ésta era una de las rúbricas del viejo Haydn. En 1803 da a conocer la Segunda Sinfonía en re mayor (Op. 36), cuya alegría contrasta con la tristeza que vivía el autor. La influencia haydniana se deja sentir en estas composiciones de juventud.

Heroica (Tercera) y cuarta sinfonías [editar]
Dos años más tarde, Beethoven rompe todos los moldes clásicos con su Tercera Sinfonía en mi bemol mayor (Op. 55). Esta sinfonía contiene una de las anécdotas más interesantes de su vida: admirador de Napoleón, el músico de Bonn le consideraba un liberador de los privilegios de las coronas europeas, por lo que fue bautizada originalmente "Bonaparte". Sin embargo, al enterarse de la coronación de Napoleón como Emperador, Beethoven tachó el encabezado y lo cambió por el nombre definitivo: Sinfonia eroica, composta per festeggiare il sovvenire d'un grand'uomo (Sinfonía Heroica, compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre). Esta sinfonía dura dos veces más que cualquier otra de la época, la orquesta es más grande y los sonidos son claramente anunciadores del Romanticismo. La obra se compone de un primer movimiento (Allegro con brío) de una duración aproximada de 20 minutos: hasta esa fecha no se había compuesto un movimiento sinfónico tan extenso. Del II movimiento, una "Marcha fúnebre" (Adagio assai), se ha dicho que al enterarse de la muerte de Napoleón, Beethoven comentó "Yo ya escribí música para este triste hecho". El III movimiento es un agitado Scherzo (Allegro vivace), en el que se recrea una escena de caza; destaca el uso de las trompas. El Finale (Allegro molto) evoca una escena de danza y es apoteósico, con una gran exigencia de virtuosismo para la orquesta.
La siguiente sinfonía es muy diferente. La Cuarta Sinfonía en si bemol mayor (Op. 60), 1806 recupera la frescura de sus dos primeras composiciones sinfónicas. En el IV movimiento se muestra una de las características del genio de Bonn: el virtuosismo que demanda de los intérpretes. El Finale de la Cuarta es muy exigente para el fagot. Esta sinfonía ha sido, según algunos críticos, injustamente relegada al lado de sus excepcionales antecesora y sucesora: "La grácil criatura griega en medio de dos gigantes germánicos".

Quinta y Sexta sinfonías [editar]

Portada de la Quinta sinfonía
En 1808, Ludwig Van compone la colosal Quinta Sinfonía (Op. 67). Esta sinfonía en Do menor destaca principalmente por la construcción de los cuatro movimientos basados en cuatro notas (tres corcheas y una negra), las cuales abren la obra y retornan una y otra vez dando a la sinfonía una extraordinaria unidad. Para el músico significaban "la llamada del destino". El II movimiento es un hermoso tema con variaciones. El III movimiento, Scherzo, comienza misteriosamente y prosigue salvajemente en los metales con una forma derivada de la "llamada del destino"; un pasaje tejido por los pizzicati de las cuerdas se encadena sin pausa con el triunfal IV movimiento, Allegro. La Coda es memorable. Los románticos admiraron mucho esta obra y las tres corcheas con una negra del inicio (¿quién no las ha escuchado?) son quizá la firma más personal de Beethoven.
Simultáneamente compuso la Sexta Sinfonía en fa mayor, conocida como Pastoral (Op. 68). Es difícil imaginar dos obras tan distintas: toda la fuerza y violencia de la Quinta se convierten en dulzura y lirismo en la Sexta, cuyos movimientos evocan escenas campestres. Es el mayor tributo dado por Beethoven a una de sus grandes fuentes de inspiración: la Naturaleza. Es también su única sinfonía en 5 movimientos (todos con subtítulos: Escena junto al arroyo, Animada reunión de campesinos, Himno de los Pastores, etc.), tres de ellos encadenados (es decir, que Beethoven elimina las habituales pausas entre segmentos sinfónicos). Como nota curiosa señalemos que Walt Disney ilustró esta obra en uno de los números de su película Fantasía. Para los puristas fue un sacrilegio añadir imágenes a la música beethoveniana.

Séptima y Octava sinfonías [editar]
La Séptima Sinfonía en La mayor (Op. 92) aparece en 1813; el sordo maestro se empecinó en dirigirla en su estreno, con tragicómicos resultados. Pero la crítica reconoció una nueva genialidad de Beethoven; aún hoy hay expertos que la consideran como la mejor de sus sinfonías. Richard Wagner, otro ferviente beethoveniano, calificaría a la Séptima como la “apoteosis de la danza” por su implacable ritmo dancístico y notable lirismo, particularmente hondo en su célebre segundo movimiento. Es una obra de gran potencia. Al año siguiente, 1814, Beethoven concluye la Octava Sinfonía en Fa mayor (Op. 93), cuya brevedad (poco más de 20 minutos) no eclipsa la compleja elaboración que a esta altura había dejado patente. Es su sinfonía más alegre y desenfadada. Alguno la ha llamado: "la Octava de Beethoven... y la última de Haydn". La Octava parece un grato adiós al mundo clásico.

Novena sinfonía "Coral" [editar]
En 1824, por último, Beethoven se consagra con su Novena Sinfonía “Coral” (Op. 125). Su orquestación y duración es superior a la de la Heroica. Su deslumbrante final incluye el uso de la voz humana, con 4 solistas y coro mixto que cantan en alemán los versos de Friedrich von Schiller: Alegría, hermosa chispa divina,/ hija del Eliseo,/ ebrios de entusiasmo entramos,/ ¡oh diosa! a tu santuario... Esta obra, mundialmente famosa y objeto de un sinfín de arreglos y versiones, ha sido declarada recientemente Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. El último movimiento de esta sinfonía fue adoptado en 1972 por el Consejo de Europa como su himno y en 1985 fue adoptado por los jefes de Estado y de Gobierno europeos como himno oficial de la Unión Europea.

Décima sinfonía [editar]
Si hemos de creer a su amigo Karl Holz, Beethoven, cuando falleció, se encontraba trabajando en una décima sinfonía, de la cual llegó a tocar ante él unos compases al piano. El fragmento, escribe, constaba de una introducción en Mi bemol seguida por un contundente Allegro en Do menor. Partiendo de esa escueta descripción, el musicólogo británico Barry Cooper indagó en los últimos esbozos de Beethoven. Habiendo dado con unos doscientos compases que, a tenor de su conocimiento del artista -Cooper es especialista en Beethoven y ha escrito varios libros sobre él- le pareció legítimo asignar a la hipotética sinfonía, pergeñó, al precio de algunas repeticiones, un primer movimiento que fue interpretado y grabado por la London Symphony Orchestra. Aun cuando Cooper se guardó bien de pretender que su obra fuera un fiel reflejo de las intenciones de Beethoven -él mismo precisa que el resultado se asemeja más, sospechosamente, a las obras de su época intermedia-, su iniciativa suscitó un escándalo considerable, y la existencia de una décima sinfonía de Beethoven, siquiera en estado larvario, sigue siendo, por lo menos, polémica. Recientemente ha sido tema de una novela de intriga, La décima sinfonía, de Joseph Gelinek.

Oberturas [editar]
Las 10 oberturas de Beethoven son piezas cortas que, posteriormente, serían ampliadas y trabajadas para su incorporación en obras mayores. En el fondo es música compuesta para musicalizar ballets (Las criaturas de Prometeo) y obras de teatro: Coriolano de Shakespeare, Egmont de Goethe, etc. Se trata de composiciones cerradas y uniformes que expresan emociones e ideas llenas de heroísmo. El tema de la libertad está muy presente en este apartado de la producción del músico de Bonn. Por ejemplo, la obertura “Coriolano” (Op. 62) ilustra musicalmente el drama homónimo de Shakespeare basado en el héroe que tiene que escoger entre la libertad de conciencia y su lealtad a las leyes romanas;, “Leonora Nº 3” (Op. 72a), por su parte, es la mejor de las cuatro oberturas escritas para la ópera “Fidelio”. De idéntica valía son “Las Criaturas de Prometeo” (Op. 43) y “Egmont” (Op. 84), siendo esta última un buen ejemplo de la típica composición “beethoveniana”, que se puede definir como “música vigorosa que empieza de forma fragmentaria, cobra un componente épico a medida que avanza y finaliza en apoteosis”.

Conciertos [editar]
Cada concierto de Beethoven es distinto, y en ello radica gran parte de su encanto y atractivo para los intérpretes y público. Beethoven desarrolla una escritura pianística de gran virtuosismo (recordemos que él mismo fue un gran virtuoso en su juventud). Quizá el más famoso sea el Concierto para piano no. 5 “Emperador”, de 1809, en donde el virtuosismo y el sinfonismo se combinan a la perfección. Es una composición épica ("sinfonía con piano" la han llamado algunos) que tiene un originalísimo arranque y soberbias cadencias. El origen del sobrenombre del Concierto Nº 5 (Emperador) se debe a que durante una de sus interpretaciones más tempranas, un soldado francés que se encontraba en el público, maravillado por el virtuosismo del concierto, se habría levantado gritando "es el emperador", en alusión a Napoleón.
El Primer y Segundo Conciertos para piano destacan por su concepción alegre, mientras que el Concierto para piano Nº 3, de 1801, de tono serio, es de una amplitud y calidad incomparables. Por su parte, el Concierto para piano nº 4 , Op. 58, de 1808, apuesta por la profundidad lírica y ha sido considerado, por Emil Ludwig, como el "mejor concierto para solo instrumento jamás compuesto". En cuanto a los conciertos en los que participan más instrumentos, hay que señalar el Concierto para violín y el Triple Concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta, en donde Beethoven sustituye el sinfonismo por un entretenimiento muy del gusto de la época, dado a resonancias algo exóticas: Rondó alla polacca es su rítmico tercer movimiento.
Beethoven también compuso una Fantasía para piano, orquesta y coro, Op. 80, que se trata sin duda de una de las obras más asombrosas del repertorio de la música clásica, siendo una triple fantasía: comienza el piano solo, se le une la orquesta y, cerca del final, hace su entrada el coro —un esquema similar al de la Novena Sinfonía—.
El único Concierto para violín, Op. 61 (que cuenta además con una transcripción para piano, obra del mismo Beethoven, Op.61b, que cuenta con unas sonoridades y riqueza extraordinarias) fue en su tiempo una obra controvertida que atrajo poca atención en su estreno, con el violinista Franz Clement en la parte solista. Fue solo en 1850, de la mano del violinista Joseph Joachim, amigo de Brahms, que el Concierto alcanzó notoriedad. La explicación de esta demora en imponerse es lo complejo de su interpretación, que hizo que pocos violinistas se atreviesen a tocarlo por años, argumentando que la participación del violín a la par con la orquesta les restaba protagonismo, lo que se unía a la fuerte exigencia de Beethoven. Hoy por hoy es una de las obras cumbre del repertorio violinístico, consideradas como los hitos que señalan la madurez que requiere un violinista para hacer carrera internacional. Dentro de esta categoría de obras para violín y orquesta deben incluirse además dos breves Romanzas para violín y orquesta.

Sonatas para piano [editar]

Sonata para piano Op. 109, Hammerklavier
Sus 32 sonatas conforman el ciclo más extenso, complejo y difícil de la historia del pianismo universal.[cita requerida] En ellas se manifiesta la personalidad revolucionaria y de transición de Beethoven, y el compositor se sitúa como el más destacado de la forma sonata del periodo comprendido entre Clasicismo y Romanticismo. Fiel a la forma sonata, el gran maestro se permite más de una innovación: sonata de dos (Op. 111), cuatro (Op. 109) o cinco movimientos, temas con variaciones, fugas, scherzos, etc.
Estas sonatas presentan nuevas sonoridades, audaces experimentos, y queda encerrado el mundo interior del compositor y también el recién llegado lenguaje expresivo de la revolución romántica. En la temprana Patética, en la tempestuosa Appassionata, en la brusca y laberíntica Hammerklavier, en las últimas sonatas Op. 110 y 111, el compositor llega a las fronteras de la exposición pianística, que serán alcanzadas en el op.120. Beethoven fue uno de los compositores que más exigió a los constructores de piano a mejorar la sonoridad y resistencia de los pianofortes decimonónicos.
El inadecuado entrenamiento que tuvo Beethoven en sus primeros años de estudios musicales se refleja en las tres sonatas para piano escritas en 1783. El piano súbito, los repentinos arranques, las figuras de arpegios (ejecutadas a altas velocidades en varias octavas de forma ascendente o descendente) conocidas como los "cohetes de Mannheim", son características de la personalidad musical y sentimental de Beethoven. Él es el primero en usar el acorde de novena sin preparar, y que se puede observar en el primer movimiento de su sonata op. 27 N° 2 "Claro de Luna", dedicada a otro de los grandes amores de su vida, la Condesa Giulietta Guicciardi.
Las sonatas para piano de Beethoven transportaron la música a un nuevo orden. En las del op. 2, se advierte un aliento y un dominio estructural que rompían con la elegancia dieciochesca. Después de 1800, Beethoven empezó a desarrollar el género con proyecciones románticas. La Sonata op. 22, en Si bemol mayor, es la última sonata del primer período de composición, la cual Beethoven declaró como su sonata preferida. La op. 26 en La bemol, Hammerklavier (la primera que compuso desde el comienzo del nuevo siglo), se abre con un tema lento con variaciones, sigue con un scherzo temerario y vertiginoso, una marcha fúnebre "a la muerte de un héroe" y concluye en un final que es un torbellino. A ésta le siguieron las dos sonatas Quasi una fantasía op. 27 (a la segunda se la suele llamar Claro de Luna) que formalmente son cualquier cosa, menos convencionales. Los siguientes hitos de su composición pianística coincidieron con la gran crisis que le produjo el agravamiento de su sordera. La brillante Waldstein (el apellido del conde dedicatorio, más conocida por Aurora en los países hispanófonos) y la arrolladora Appasionata fueron de concepción tan revolucionaria, que hasta el propio Beethoven se abstuvo de escribir para piano solo, durante algunos años. Pero la cima de su pianismo son las cuatro últimas de las treinta y dos sonatas, desde la Op. 106, Hammerklavier —que es frecuentemente referida como "sinfónica", por sus cuatro movimientos y—, hasta la op. 111 en Do menor, la tonalidad de la que se valía para su música "Sturm und Drang", como por ejemplo, su Quinta Sinfonía. Las sonatas exigían un virtuosismo pianístico sin precedentes hasta entonces y eran prácticamente intocables en la época. Liszt fue quien demostró que era "tocable".

Sonatas para piano y violín [editar]
Destacan también las diez sonatas para violín y piano, en especial la Nº 9, Kreutzer, Op. 47, conocida por las exigencias que presenta para la parte del violín. Está dedicada a Rodolphe Kreutzer, conocido violinista de la época. Así mismo, la sonata Nº 5, conocida como Frühling (Primavera) y la Nº 10 gozan de gran popularidad.

Ópera y música vocal [editar]
El genio de Beethoven se centró sobre todo en la música orquestal, compaginándola con la música de cámara y para piano. También intentó desarrollar obras vocales, aunque con suerte muy diversa. Por ejemplo, su única ópera escrita, “Fidelio”, revisada desde 1805 hasta 1814, fue un fracaso el día de su estreno. El genial músico tuvo que esperar hasta la primavera de 1814 (23 de mayo) para ser aclamado entusiásticamente por un público enfervorizado. La nueva versión representaba para el público más que la recreación de los principios del Iluminismo, como fue su primer objetivo en 1805, la celebración de las victorias sobre Napoleón y como una alegoría de la liberación de Europa. Fue entonces cuando, ruborizado ante tales muestras de apoyo y cariño del público, escribió en su libro de conversaciones: "Es evidente que uno compone más bellamente cuando lo hace para el gran público." Se trataba, sin duda, del mismo compositor que había gritado al editor, tras el desastre de su primer Fidelio: "No compongo para la galería, que se vayan todos al infierno", nueve años antes.
Lo cierto es que Beethoven no mostraría particular interés en escribir óperas. Un proyecto largamente conversado con Goethe para transformar en ópera el Fausto no llegaría jamás a concretarse por razones desconocidas hasta hoy. Sin embargo, algunos autores, basados principalmente en anotaciones del propio Beethoven, han descrito algunas de sus sinfonías como "óperas encubiertas"; tal carácter ha sido asignado tanto a la "Sexta Sinfonía" como a la "Tercera Sinfonía".
La celebrada Missa solemnis, escrita en 1818, su segunda obra para la iglesia católica, es un canto de fe a Dios y a la naturaleza del hombre. Es una de sus obras más famosas, compuesta por encargo de su alumno, el archiduque Rodolfo, nombrado en esa época arzobispo de Olomouc.
La Missa solemnis provocó no pocos problemas a Beethoven. La obra fue estrenada parcialmente junto con la Novena sinfonía. La versión definitiva sólo sería conocida por completo después de su muerte.
Otras obras corales de Beethoven son la Fantasía para piano, coro y orquesta (Op. 80), la Misa en Do mayor, Latina, (Op. 86), así como numerosos lieder, arias, coros y cánones, un ciclo de melodías, una cantata y el oratorio Cristo en el monte de los Olivos, en 1803, así como el famoso Presto de la Novena sinfonía.

Cuartetos de cuerda [editar]

Portada del Cuarteto Op. 130, Nº 13
Hablar del ciclo de los 17 cuartetos de cuerda beethovenianos, es hablar posiblemente del ciclo camerístico más trascendente de la historia musical. Hay algunos críticos musicales que incluso opinan que este género desarrollado por Beethoven es más representativo que el de las sonatas para piano y el de las sinfonías. Ciertamente, Beethoven murió componiendo cuartetos... (eterno perfeccionista, los seguía revisando en el lecho de muerte).
En los cuartetos hallamos, una vez más, el desarrollo de Beethoven a través de sus "tres estilos": los primeros cuartetos, fieles a Haydn, el segundo período dominado por los llamados "Cuartetos Rusos", compuestos por encargo del aristócrata Razumovski; pero los más significativos son los seis finales, compuestos entre 1824 y 1827, es decir, correspondientes a la última etapa, la algunas veces llamada "esotérica". La importancia del género en Beethoven rebasa los límites del Romanticismo, al grado de que sus últimas obras son una genial anticipación estilística y técnica que habrá de influir en Dmitri Shostakovich, Bela Bartók y en la Segunda Escuela de Viena de inicios del siglo XX; los cuartetos nos muestran al Beethoven más profundo y original. Es obligado un estudio a fondo de dicho ciclo para comprender al Beethoven más revolucionario.

Cuartetos del primer período [editar]
El op. 18 constituye el primer esfuerzo importante de Beethoven en este complejo género musical y engloba 6 obras dedicadas a su maestro, Joseph Haydn: Aunque evidentemente aquí encontramos todavía evidencias de los trabajos anteriores de Mozart y Haydn, ya hay un deseo de mostrar la originalidad que se verá plasmada en sus trabajos posteriores, como el movimiento final del cuarteto no. 6 en Si bemol Mayor, “La malinconia”, el cual es una introducción lenta que casi rebasa los limites tonales para luego dar paso al rondo concluyente.

Cuartetos del período intermedio [editar]
En el periodo medio ya contemplamos a un Beethoven maduro, plenamente consciente de su poderío como creador y artista, pero sumido en la lucha contra la sordera.
La primera parte de este período medio se constituye con el poderoso opus 59 "Razumovski", constituido por tres cuartetos. Varios críticos musicales han tratado de ver un ciclo en este grupo de piezas dedicadas al conde Razumovski, el cual le proporcionó a Beethoven acceso a diversas melodías rusas como motivo de inspiración, aunque esto no condujo a una influencia definitiva. Hay varios motivos para creer que el punto de vista cíclico es cercano a la realidad, tomando en cuenta que el primer movimiento del primer cuarteto es una especie de síntesis de la forma sonata y que justamente el último del tercero es una compleja fuga, la cual tiene bastantes elementos de herencia con respecto al movimiento final de la Sinfonía Júpiter de Mozart, aunque el desarrollo estilístico del cuarteto está, como es natural, mucho más desarrollado que el de dicha sinfonía.

Cuartetos tardíos [editar]

Sello postal de la República Federal Alemana conmemorando 200 años de su natalicio
Los últimos cuartetos y la Grosse fugue (Gran fuga) trascienden el romanticismo; son considerados, por muchos, como el verdadero legado musical de Beethoven por su complejidad melódica, armónica y de ejecución. En la época de su estreno no fueron bien recibidos, pero cuando le comentaron al compositor que la Grosse fugue había causado el rechazo general, éste respondió "No importa, no la compuse para ellos, sino para el futuro". Sin embargo, Beethoven consintió a quitarla del cuarteto Op. 130, del que inicialmente formaba parte (ahora la pieza lleva por número de opus el 133) y compuso un nuevo final para este cuarteto.
Llaman especialmente la atención el Allegro del cuarteto Nº 12 y la Canzona di ringraziamento, del Nº 13, que Beethoven compuso después de una convalecencia que casi le costó la vida, a modo de himno, como dice su nombre, de "agradecimiento".
Hasta el día de hoy, la Grosse fugue es raramente interpretada, por la dificultad que entraña tanto para los músicos como para los oyentes.
Sin embargo, los cuartetos tardíos ejercieron una enorme influencia en las generaciones posteriores de músicos, al punto que el ciclo de los seis cuartetos de Béla Bartók es considerado, a menudo, como un gran tributo a la obra tardía beethoveniana. Hoy son profundamente valorados como parte del repertorio de las más complejas y grandiosas obras musicales jamás compuestas.

Películas sobre Beethoven [editar]
El compositor ha sido mostrado biográficamente en numerosas ocasiones en el cine, en el teatro y en la televisión, estas son algunas de ellas:
Comienzan sus representaciones en 1909 con una película muda del escritor/director francés Victorin-Hippolyte Jasset que se titulaba Beethoven y que estaba protagonizada por Harry Baur.[4]
La siguiente película sobre el compositor fue alemana y fue realizada en 1927, su director fue Hans Otto Löwenstein y el nombre de la película fue Das Leben des Beethoven.[5]
El escritor/director francés Abel Gance realizó en 1936 otra película del compositor, Un grand amour de Beethoven[6] en la que fue Harry Baur otra vez quien actuó como el compositor.
En 1985 apareció Le Neveu de Beethoven.
En 1992 una película para la televisión, Beethoven Lives Upstairs[7] fue la ganadora del premio Emmy.
En 1994 el director Bernard Rose creó Immortal Beloved con Gary Oldman en el papel del compositor.
En 2006 el director Agnieszka Holland produjo Copying Beethoven con Ed Harris como protagonista.
Además su música ha sido usada por lo menos en 250 películas y programas de televisión.[8]

Referencias [editar]
* Rattalino, Piero (1997), Historia del Piano, Cooper City, Florida, EEUU: SpanPress Universitaria. ISBN 1-58045-903-X.
Un par de tríos, mundoclasico.com
BEETHOVEN: Piano Trios 'Ghost' and 'Archduke', naxosdirect.com
Beethoven, imdb.com
Das Leben des Beethoven, imdb.com
Un grand amour de Beethoven, imdb.com
Beethoven Lives Upstairs, imdb.com
Ludwig van Beethoven, imdb.com

Bibliografía [editar]
Beethoven, Emil Ludwig, ISBN 84-261-1830-5.
Vida de Beethoven, Romain Rolland.
Enciclopedia Salvat de los Grandes Compositores, Tomo 2: Beethoven.
George Grove, Beethoven and his Nine Symphonies.

Véase también [editar]
Composiciones de Beethoven
Catálogo completo de las obras de Beethoven
La carta a la Amada Inmortal